Actualmente vivimos
en una época en que la sociedad es cada
vez más dependiente de la tecnología en casi todos los aspectos de la vida.
Un ejemplo es que poco a poco vamos introduciendo cada vez más material tecnológico en la educación infantil para que en unos años tengan un gran manejo de ésta.
Un ejemplo es que poco a poco vamos introduciendo cada vez más material tecnológico en la educación infantil para que en unos años tengan un gran manejo de ésta.
Pero debemos preguntarnos cuánto debemos dejar en manos de
las máquinas y qué debe seguir siendo competencia de los profesionales
sanitarios.
Día a día se inventan nuevas aplicaciones con las que se podría sustituir el uso tradicional del trabajo, como el uso de la medición, multitud de cuestionarios de seguimiento, máquinas de tratamiento que son cada vez más autónomas y que poco a poco van necesitando menos personal para usarlas.
Día a día se inventan nuevas aplicaciones con las que se podría sustituir el uso tradicional del trabajo, como el uso de la medición, multitud de cuestionarios de seguimiento, máquinas de tratamiento que son cada vez más autónomas y que poco a poco van necesitando menos personal para usarlas.
Prácticamente todas las personas poseen como mínimo un Smartphone
y a través de éste se pueden hacer uso de muchas APPs que existen para acercarse
al mundo sanitario; de ellas algunas pueden ser muy útiles para hacer un
correcto registro de sus tratamientos, pero sería un error creer que esas
aplicaciones pueden sustituir a un tratamiento fijado por un profesional.
En el ámbito sanitario es necesario
estar “al día” en el tema tecnológico, para intentar dar el mejor servicio a
los pacientes, pero no hay que olvidar el trato humano con el paciente, que
evidentemente, una máquina no puede dar.
Si dejáramos todo en manos profesionales, necesitaríamos demasiado personal y muchos tratamientos no podrían hacerse. Sin embargo el uso excesivo de máquinas quitaría la “humanidad” que también necesita un paciente durante su tratamiento.
La combinación de ambas es lo que se debería hacer, el progreso por el progreso o la negativa a avanzar en ese campo puede llegar a ser perjudicial para el paciente que es finalmente lo importante.
Si dejáramos todo en manos profesionales, necesitaríamos demasiado personal y muchos tratamientos no podrían hacerse. Sin embargo el uso excesivo de máquinas quitaría la “humanidad” que también necesita un paciente durante su tratamiento.
La combinación de ambas es lo que se debería hacer, el progreso por el progreso o la negativa a avanzar en ese campo puede llegar a ser perjudicial para el paciente que es finalmente lo importante.
Conclusiones
Como final podemos decir resumir en la idea de que la tecnología es necesaria en prácticamente todos los aspectos actuales de nuestra vida, tanto diaria como profesional y no debemos cerrarnos a la idea de no hacer uso de ella, pero no puede sustituir en su totalidad, en éste caso, a los profesionales sanitarios.
Como final podemos decir resumir en la idea de que la tecnología es necesaria en prácticamente todos los aspectos actuales de nuestra vida, tanto diaria como profesional y no debemos cerrarnos a la idea de no hacer uso de ella, pero no puede sustituir en su totalidad, en éste caso, a los profesionales sanitarios.